Cayó la luz del otoño, dando paso al imprevisible invierno.
Caminando desde las lluvias en busca del calor.
Caminando entre las sombras en busca del resplandor del sol.
De cada esquina de la ciudad se nutren los poetas

de los drogadictos, de los alcohólicos.
Mientras tanto en las casas viven las amas de casa sin ya ninguna ilusión, y los adolescentes, imberbes, románticos, idealistas, ignorantes, fugados de sus casas, queriendo descubrir la vida que para ellos empieza.
 Y, sentados en el borde del mar, una mezcolanza de personas, aguardando un barco que le permita volver a tener ilusiones, otra vida, deseando que este otoño que les de fuerzas para afrontar los inviernos venideros.